Si tienes un gato en tu casa, seguramente habrás notado que estas mascotas son particularmente sensibles al frío y a los cambios repentinos en la temperatura. El frío no solo les molesta, sino que también puede afectar negativamente su salud y originar diversas enfermedades.

•Lleva a tu gato al veterinario

Al igual que ocurre con los seres humanos, el chequeo médico constante es fundamental para prevenir y detectar a tiempo enfermedades en tu gato. 

•Asegúrate de alimentar bien a tu gato

La alimentación es un factor clave para mantener la salud física y mental de tu mascota, sin importar la época del año. Sin embargo, durante la fría época invernal tu gato requerirá de un mayor aporte energético, ya que utilizará dicha energía para aumentar su calor corporal y así contrarrestar las bajas temperaturas. Hay que tener en cuenta factores como la edad, raza y tamaño de tu mascota a la hora de elegir los mejores alimentos para nutrir su organismo, a la vez que consideramos cuál es la condición física en la que se encuentra. 

•Presta atención al consumo de agua

Es normal que durante el invierno los gatos beban menos agua de lo habitual. Ten mucho cuidado con esto, porque la falta de agua puede debilitar su organismo. Es importante que te asegures de que tu mascota beba una buena cantidad de agua. Por ejemplo, puedes jugar con tu gato para que se canse y le dé sed. Lo importante es que busques la manera de que su organismo esté hidratado.

•Busca un refugio cálido para tu gato

Cuenta con un espacio cómodo y cálido para descansar en el que poder mantenerse resguardado de las bajas temperaturas. Procura ubicar el refugio de tu gato lejos de las ventanas y de las puertas, ya que por estos lugares constantemente entra frío invernal. Igualmente, procura que haya una buena iluminación en la zona (ya sea de luz solar o artificial), ya que así también le proveerás mayor calor a tu gato.

•Climatiza tu hogar

El interior de tu casa será el mejor refugio para tu gato, manteniéndolo protegido y resguardado. Por eso, es importante que la casa tenga un ambiente cálido y apropiado. Para ello puedes utilizar la calefacción, siempre procurando mantener adecuadas condiciones de humedad.